About poder de la palabra
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Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Cuando hablamos con nosotros mismos elegimos unas palabras determinadas y no otras, y nos decimos una serie de cosas concretas. En este caso, no solemos reconocer la importancia de las palabras y el efecto que su uso puede generar en nosotros.
Como seguidores de Jesús, debemos esforzarnos por imitar su ejemplo y usar nuestras palabras para bendecir, alentar y edificar a los demás. Debemos ser conscientes del poder que nuestras palabras tienen y usarlo de manera sabia y compasiva.
Es importante recordar que nuestras palabras no solo tienen un impacto en los demás, sino también en nosotros mismos. Las palabras negativas que pronunciamos pueden contaminar nuestra mente y afectar nuestra percepción de la realidad.
Por lo tanto, es esencial que nos sumerjamos en la palabra de Dios y la dejemos habitar en nosotros. El salmista nos enseña en el Salmo 119:one zero five: «Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino».
Esto nos muestra que nuestras palabras deben ser un medio de aliento y apoyo para los demás, y no una fuente de crítica o negatividad.
Queridos amigos, ahora veamos las escrituras de la Biblia a continuación que hablan sobre el poder de la Palabra.
El poder de nuestras palabras también se refleja en la forma en que hablamos de nosotros mismos. En lugar de llenarnos de negatividad y autocrítica, debemos usar nuestras palabras para afirmarnos y recordarnos quiénes somos en Cristo.
Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Otra forma de usar nuestras palabras de manera constructiva es practicar la empatía. En Efesios 4:29, se nos insta a «no decir ninguna palabra mala, sino get more info sólo la que sea necesaria para edificar, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan».
Cuando estas personas ostentan un cargo de responsabilidad, en el ciudadano crean una mezcla de rabia y tristeza e impotencia. Rabia porque el representante público tiene el deber de darle sentido a la comunicación que hace de sus acciones y propuestas.
La Biblia nos enseña que las palabras de Dios tienen poder para transformar. Hebreos four:twelve nos dice: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Las palabras de Dios son vivas y activas, y pueden penetrar hasta lo más profundo de nuestro ser.
Nuestras palabras no solo tienen un impacto en nuestras relaciones con los demás, sino también en nuestra relación con Dios. La forma en que hablamos puede ser un testimonio de nuestra fe y de nuestra relación con Dios.
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”